Una
espiral,
como la del dibujo, pulsa en el entrecejo
humano. Cuando se
contrae alcanza el
DO6, DO7,
TONOS AGUDOS Y AZULES en resonancia
con LAS PUNTAS DEL CUERPO (dedos, glande,
coronilla) y luego cuando se relaja, se expande a
TONOS BAJOS ROJIZOS (Do3,
DO2, DO1,
EL CENTRO DEL CUERPO).
Esta ESPIRAL DEL ENTRECEJO, se repite como un fractal en todo el cuerpo. Cuando en la MUECA de la sonrisa superior estos anillos de la espiral del entrecejo, al contraerse, se convierten en un minúsculo puntico o se vuelca en un firmamento de punticos, simultáneamente, en la MUECA de la sonrisa inferior, LA VAGINA O EL ANO también se van contrayendo hasta volcar un escalofriante hormigueo puntiforme en la piel vecina.
POR
LEY DE ESPEJOS, el iris, LA OREJA, la boca, la
laringe, LA CAJA TORÁCICA, al igual que la MUECA
pélvica,
también SON ANILLOS O ESPIRALES
FRACTALES (copias
en espejo) DE ESTA ESPIRAL
DEL ENTRECEJO, (MUECA
de la sonrisa superior)
porque también tienen sus FRECUENCIAS
energéticas más altas
en la contracción, en
su centro o en
la punta y los
bajos en la relajación
o la periferia.
Los pies, las manos, la lengua, los genitales son conOs
que como el encordado de un piano o una ARPA,
resuenan con esta ESPIRAL
ENERGÉTICA DEL ENTRECEJO en frecuencias
bajas, intermedias
y altas.
A veces vemos
expandido, a veces contraido